viernes, 27 de diciembre de 2013

Aunque el reloj siga girando

Una cancion, una escena, un sentimiento...  Pueden hacer que un millar de recuerdos acudan a tu memoria.

Me siento estúpida moviendo los dedos por el teclado, pero a la vez, no puedo parar de sonreir , y las palabras parecen no querer salir, pero es como si ... me sintiera viva.

¿Tal vez me habia perdido? ¿Tal vez he cambiado? Indiscutiblemente he cambiado, no soy la misma que un día abrio este blog, ni la misma que empezó hoy a escribir.

Son las cuatro y media de la mañana, y parece que me haya levantado de la cama despues de dormir mis, por desgracia, necesarias doce horas.

Quiero llorar o reir o hacerlo todo a la vez.

Nunca tuve demasiados lectores, podria decirse que ninguno (o eso creo), ni tampoco yo lei demasiado, pero recuerdo lo mucho que me gustaba hacerlo. Mi mente estaba constantemente pensando nuevas historias, aunque muchas de ellas surgian de la nada cuando mis dedos tocaban el teclado, y de eso hace casi cuatro años.

Cuando pienso en que hace casi cuatro años, o bueno... los hace, no puedo no recordar los momentos buenos y los malos. Da igual que los malos hayan sido realmente malos, no puedo mas que sonreir como una tonta con los buenos, con las caricias y las sonrisas... realmente ha habido muchas sonrisas. Los malos, que decir de los malos, son los peores, pero me hacen querer avanzar y aprender, como no, solo aprendo con mis errores.

Si pudiera cambiar algo, realmente no se si lo haria. Es cierto que en mis malos momentos juro que si tuviera una maquina del tiempo haria las cosas de manera diferente, pero mis errores y mis aciertos son lo que han hecho que hoy me encuentre frente a la pantalla, que me emocione y me ilusione, lo que realmente me define.

Me encanta sonreir, y me encanta reir y que me hagan reir, me gustan las cosquillas, y sobre todo me encantan esos pequeños detalles como una sonrisa. Si algo he aprendido en estos cuatro años, es que son los pequeños detalles los que importan, como tomarte un chocolate caliente un dia de frio.


viernes, 14 de octubre de 2011

Carta entre mundos

“Siento la necesidad de escribir, pero tantas cosas he de contar que ni siquiera sé por dónde comenzar. Desearía poder contártelo todo, como me exigiste la última vez que te vi, pero como en aquella ocasión, las palabras no acuden a mi llamada. No me he olvidado de ti, puedes estar seguro, aún recuerdo el roce de tu piel contra la mía, el calor de tu cuerpo… tuve que irme, puedes estar seguro.  En mis sueños aun te recuerdo e intento cambiar el pasado, pero es imposible, el tiempo solo avanza en una dirección haciendo que me arrepienta de mi decisión, la cual marcara mi vida, puesto que soy incapaz de borrar tu recuerdo.  No he recibido noticias tuyas, tampoco las esperaba, si nos encontráramos por casualidad, girarías tu bella cara mientras en mis ojos se agolpan las lágrimas, no lo veras, nunca lo viste ¿te importaba yo tanto como tú a mí? Guardo tus palabras como tesoros, estoy segura de que no recuerdas mi nombre. No enviare esta carta, como tampoco envié las anteriores, no sería más que otra de las jóvenes que giran a tu alrededor, buscando una sonrisa sin obtenerla. Me fui para olvidarte pero estoy aquí, llorando por tu ausencia mientras miro al océano e intento imaginarte apareciendo por ese camino que bordea la costa, buscándome, increpándome por no haberme despedido, por no haberte dicho lo que me atenaza el alma, pero no es más que humo, una ilusión creada por el diablo para mantenerme en vela noche tras noche, buscándote entre las sombras, nunca aparecerás, te has ido para no volver, descansa en el reino de los sueños amado, mientras yo intento despertarme de esta pesadilla.

domingo, 28 de agosto de 2011

ojos verdes

A menudo, cuando las lagrimas descienden por nuestras mejillas, nuestros ojos se vuelven rojos, en mi caso, haciendo mas llamativo y para algunos mas bonito su color verde oscuro, pero por bonitos que parezcan, no dejan de ser los ojos de una mentirosa.

miércoles, 13 de julio de 2011

La joven en zapatos rojos

Sus tacones repiqueteaban contra el desnivelado pavimento. Cada piedra era de diferente tamaño y figura, lo que lo hacía casi un camino intransitable para unos tacones altos y finos como los que llevaba, pero parecía no importarle, su mente estaba muy lejos de aquella calle mal pavimentada, sucia y oscura. Se encontraba en el barrio más pobre de una gran y próspera ciudad. Había ojos en cada ventana llena de harapos a modo de cortinas, pero en la calle todo el mundo parecía rehuirla, como si supieran quien o que era. Estaba acostumbrada aquellas situaciones, sus reuniones siempre eran en lugares así, ya no intentaba pasar desapercibida, no desde aquella ultima vez. Continuo caminando impasible mientras sus pisadas reverberaban. Su grácil forma de caminar mas se asemejaba a una elegante danza, algo que hacía que desentonara aun más en aquel lugar. Se paró en seco, como si hubiera vuelto a la calle en la que se encontraba.

-Ciento cincuenta – dijo susurrando, como si fuera la cosa más importante del universo, el secreto mejor guardado – ciento cincuenta, ciento cincuenta, ciento cincuenta – dijo esta vez mas elevando el tono de voz, hasta terminar gritando. Entonces, una sonrisa ilumino su cara encapuchada, como si hubiera recordado algo igual de importante que la cifra e hizo algo que consiguió hacer murmurar a los niños que se escondían tras las mugrientas paredes; se puso a saltar.

Al cabo de cinco minutos, ceso en su empeño de hundir la piedra, como si se hubiera dado cuenta de que con si infantil figura no iba a poder conseguir tal proeza. Miro a su alrededor, como si algo no encajara, dio un paso hacia su izquierda y comenzó a aporrear con toda la fuerza que le permitían sus pequeños puños aquella pared, al cabo de unos segundos paro, como si esperara que algo ocurriera.

-Um… ¡Claro, ciento cincuenta más uno!- exclamó entusiasmada, y dio un gran paso adelante con gran pomposidad. En cuanto sus tacones tocaron la irregular piedra que se encontraba ante ella, desapareció envuelta en una suave neblina mientras su infantil risa reverberaba.

Pasaron lo que le parecieron horas hasta que el joven que se encontraba escondido se atrevió a salir al ahora desierto callejón. Todos estaban dormidos, aunque hacia tan solo unos minutos, antes de la neblina, todos se encontraban expectantes. Recorrió con una suave carrera el trecho que lo separaba del lugar donde había desparecido la joven mujer, y como en las ocasiones anteriores, allí no había nada. Por el rabillo del ojo vio algo que lo dejo estupefacto, la pared que había aporreado mostraba unas oquedades, allí donde la joven encapuchada había apostado sus puños. Rápidamente miró al lugar en el que había saltado, se acercó y vio las huellas de sus zapatos. Vio una luz al final del callejon e inmediatamente se fue de allí, mientras era incapaz de parar de pensar en que su mente lo estaba engañando, era imposible que aquella joven pudiera haber hecho aquello.

Continuará...

jueves, 10 de febrero de 2011

.

Su vida se basaba en un continuo sobresalto, un miedo irracional al mañana. Sus días tenían veinticuatro horas pero necesitaba, al menos, doce más. Todos la rodeaban, pero habían cambiado ¿Por qué aquellos que ayer la apreciaban hoy no pueden más que hacer que se sienta inferior, una simple gota de agua en la inmensidad del océano? Es poco más que eso, pero le gusta sentirse arropada, sentir un lugar que ya nadie puede proporcionarle, porque ya no hay nadie. Todo ha cambiado, todo se ha esfumado entre sus débiles manos. Y ahora está allí, sola.

Una pantalla la separa de la realidad, aislándola. ¿Son ellos los diferentes o es ella la que se ha quedado atrás?

¿Por qué todos os habéis ido? ¿Por qué todos tenéis que ser tan jodidamente listos? Realmente os odio, os odio por hacerme sentir mal, por hacerme llorar, por hacer que me hunda cada vez mas… os quería pero o yo no sé apreciaros, o estaba equivocada viviendo en un mundo de fantasía.

Después del primer paso, viene el segundo y cada vez estoy más lejos.

jueves, 20 de enero de 2011

Problemas de tiempo

Ya desde hace una temporada, se hace imposible que pueda actualizar el blog, asi que lo siento, estaré fuera una temporada.... Espero poder volver pronto ^^

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿?

¿Qué hacer cuando nuestros castillos de aire se derrumban?