El polvo comenzó a bailar en el aire, las telarañas a resquebrajarse; la luz irrumpió con fuerza en aquel lugar tiempo atrás olvidado que, lentamente, se rompió en mil pedazos. Unos ojos, escondidos, observaron todo esto, impasibles, esperando a que el fin llegase, a que la calma volviese a regresar.
martes, 28 de septiembre de 2010
rompiendo la calma
La estancia estaba en penumbra, probablemente fuera un estrecho pasillo aunque era imposible afirmarlo a ciencia cierta. Sus únicos moradores parecían ser el polvo y el paso del tiempo. Todo estaba quieto, suspendido, como si la gravedad no afectase a ese pequeño entorno, un mundo que no se regía por las mismas leyes físicas. De repente, un ente extraño irrumpió en la quietud de la nada, trastocándolo todo.
domingo, 5 de septiembre de 2010
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