viernes, 14 de octubre de 2011
Carta entre mundos
“Siento
la necesidad de escribir, pero tantas cosas he de contar que ni siquiera sé por
dónde comenzar. Desearía poder contártelo todo, como me exigiste la última vez
que te vi, pero como en aquella ocasión, las palabras no acuden a mi llamada.
No me he olvidado de ti, puedes estar seguro, aún recuerdo el roce de tu piel
contra la mía, el calor de tu cuerpo… tuve que irme, puedes estar seguro. En mis sueños aun te recuerdo e intento
cambiar el pasado, pero es imposible, el tiempo solo avanza en una dirección haciendo
que me arrepienta de mi decisión, la cual marcara mi vida, puesto que soy
incapaz de borrar tu recuerdo. No he
recibido noticias tuyas, tampoco las esperaba, si nos encontráramos por
casualidad, girarías tu bella cara mientras en mis ojos se agolpan las lágrimas,
no lo veras, nunca lo viste ¿te importaba yo tanto como tú a mí? Guardo tus
palabras como tesoros, estoy segura de que no recuerdas mi nombre. No enviare
esta carta, como tampoco envié las anteriores, no sería más que otra de las jóvenes
que giran a tu alrededor, buscando una sonrisa sin obtenerla. Me fui para
olvidarte pero estoy aquí, llorando por tu ausencia mientras miro al océano e
intento imaginarte apareciendo por ese camino que bordea la costa, buscándome, increpándome
por no haberme despedido, por no haberte dicho lo que me atenaza el alma, pero
no es más que humo, una ilusión creada por el diablo para mantenerme en vela
noche tras noche, buscándote entre las sombras, nunca aparecerás, te has ido
para no volver, descansa en el reino de los sueños amado, mientras yo intento
despertarme de esta pesadilla.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)