viernes, 12 de noviembre de 2010

un pedazo de cielo

Notó el calor que desprendía su colgante siempre frio. Hacía calor. La noche estaba estrellada, sus ojos brillaban, recordando un mundo tiempo atrás olvidado. La luna se reflejaba en el mar en calma, iluminando el escenario perfecto para sus recuerdos, para dejar volar su imaginación. Estaba sola en aquel acantilado, rodeada del silencio. Lentamente una ligera brisa, venida de sus más profundos pensamientos, se levanto, envolviéndola, arropándola. Comenzó a jugar con ella, bailando una melodía imperceptible. De repente, sus rodillas se doblaron, y se desplomo. Durante apenas unos segundos, oró con sus lagrimas por un paraíso, muerto, olvidado. El viento se levanto, recordándole que solo queda recorrer la senda del futuro, secando sus mojados parpados. Una risa vibrante y transparente, surgió de sus pálidos labios. Se levanto. Su cuerpo irradiaba una difuminada luz blanca y comenzó a jugar, corriendo y riéndose, cayéndose y levantándose, acompañada por los fantasmas del pasado.