lunes, 21 de diciembre de 2009

Tiempo

Tic, tac, tic, tac…

Escuchaba las manecillas del reloj cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo. No me liberaba nunca de su acompasado sonido, siempre sobre mí, marcando mis pasos, mis decisiones… todo lo que ocurría a mí alrededor. A veces parecía lejano, otras veces parecía dentro de mi cerebro, mi condena. No recuerdo el momento exacto en el que comencé a escucharlo, solo recuerdo que un día apareció de la nada, o tal vez llevaba tanto tiempo escuchándolo de fondo que me termine habituando… hasta que el sonido se hizo insoportable.

Ningún medicamento es efectivo contra el mal que me aqueja, soy consciente del paso del tiempo incluso sin llevar un reloj de muñeca, puedo decir la hora exacta a la que me encuentro. ¿Es acaso un recordatorio del tiempo que me queda? ¿Una cuenta atrás? Un segundo menos, un minuto menos… pero por más que pregunto, nadie escucha lo mismo que yo, nadie puede decir la hora sin necesidad de relojes, soles o lunas. Todo esto me mata, no puedo continuar así, necesito que ese sonido cese, poder estar en completo silencio aunque solo sea un segundo, saber que todavía estoy cuerdo.

Como si de un milagro se tratase, he encontrado un papel en el suelo. No suelo fijarme por donde piso, a menos que el pavimento este mojado y yo intente contrarrestar el sonido de mi reloj interior con el ruido de las gotas de lluvia. El papel, a pesar de no tener escrito más que un reclamo publicitario para que comprases alguna cosa estúpida y cara hasta límites insospechables me dio una buena idea. ¿Por qué no probar a mirar en mi interior para descubrir ese incansable sonido, ya que ningún fármaco podía acallarlo?

Lo intente, las primeras veces no conseguí mas que sentirme estúpido, pero poco a poco logre alcanzar ese estado de semi consciencia. Probé algo más fuerte, necesitaba saber el porqué…y eso hice. Me sumergí en las profundidades de mi mente, todos aquellos rincones oscuros que había tratado de ocultar.

... lo logré.

Abrí los ojos, solo podían haber pasado unos minutos desde la última búsqueda , pero cuando los abrí todo lo que me rodeaba había cambiado. El cuerpo en el que me encontraba no era el mío, nada era como recordaba pero… ¿Cuánto tiempo había pasado encerrado en mi mente?

2 comentarios:

Y. dijo...

"... lo logré."
He tardado lo sé. Que te voy a decir? Sigue escribiendo Lara.
Cuidate, un beso.

Simone Solitaire dijo...

"Dale una patada al reloj, hoy no vas a ser de nadie..." (8)
No olvides que el tiempo es relativo, chiquilla. Me ha gustado bastante, aunque a mí también me pasa lo mismo que la del comentario de arriba, qué te voy a decir? ^^'
Un beso

Publicar un comentario