viernes, 22 de enero de 2010

Rota

Una muñeca rota, eso es lo que era. Se imaginaba rota, a pesar de que no era más que un antiguo juguete, no sentía, no padecía… realmente no era más que un trozo de tela sucio pero, por alguna razón, allí estaba, tirada en un rincón, llorando, mientras veía como se alejaba. Había crecido, ya no jugaba. Había crecido, ya no sonreía. Había crecido y había dejado de ser ella. Si las marionetas llorasen, eso estaría haciendo nuestra pequeña amiga, derramar lágrimas mientras su corazón de trapo era irreparable.

1 comentarios:

Y. dijo...

Repito mi opinion de ayer.
Me gusta mas con el cambio añadido :D
Un beso enorme Lara, cuidate.

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