miércoles, 29 de abril de 2009

enfermedad y mal humor

me encuentro mal, y de lo único que tengo ganas es de tomarme un tazón de cola cao, acompañado de alguna pastilla que me quite el dolor de cabeza, y meterme en mi cama fría que en breve estará calentita... y dormir, dormir muchas horas. olvidarme de mis problemas y de mi dolor de garganta, el cual solo encontrara alivio cuando me encuentre sumida en la semi consciencia del mundo onírico.

Pero no, al llegar a casa tras un odioso día en un maldito instituto llego a la casa de los horrores donde todos son unos... HIPÓCRITAS.
las apariencias en este caso no engañan; todos se pisotean, hablan mal unos de otro y, para colmo de males, crean extrañas alianzas en la clandestinidad que rompen a la mínima que les ofrecen un trato mejor... zas... si te vi no me acuerdo, con lo que tu seguridad nunca esta garantizada y siempre tienes que estar cubriéndote las espaldas... divertidísimo, no te lo puedes ni imaginar; todo te lo puedes esperar en la mafia familiar.

retomando donde lo deje, llego a casa y, la seguridad que creía tener, murió esa misma mañana cuando se le ofreció un trato mejor a uno de mis carceleros, la fama de ser el mas cínico y la diminuta herencia, pero hasta lo mas mínimo les sirve para pisotearte. el saludo con el que me reciben al cruzar el umbral de la puerta es de lo mas... gratificante. los problemas comienzan, como los días anteriores y los que todavía están por venir, pero hoy no estoy de humor para soportar los chillidos de quien me espera en la cárcel.A pesar de que no digo nada y hago lo que me dicen, mi cabreo, poco a poco se va acrecentando cuando las culpas de su estupidez recaen sobre mi.

Llevo varios días callándome, pero hoy ya no los aguanto mas, no me encuentro bien, pero mi orgullo esta en juego. Voy a la cocina donde escucho a la mayor hipócrita del mundo refunfuñar y, le digo claramente lo tremendamente subnormales que son, a lo cual ella sigue gritándome pero... yo ya no estoy allí, estoy tumbada tranquilamente en mi cama, lo que llevaba horas queriendo hacer; pero poco dura mi calma ya que irrumpe en mi cuarto como una exhalación gritándome que soy una insolente por darle la espalda y dejarla con la palabra en la boca a lo que le respondo que me duele ya lo suficiente la cabeza como para que ella agravase mi situación. Sigo durmiendo, si es que a mi ligero duermevela se lo puede llamar dormir y, a la media hora exacta vuelve a entrar sin ni siquiera llamar a la puerta... viva la educción, y luego me dicen que sea educada con los que no lo son conmigo, pero pueden esperarse sentados.

Me chilla una vez mas ya que estaba dormida aunque a ella eso le diese igual, con lo que al final y tras mas gritos, me dirijo a tomar una comida que me sabe a rayos y que revuelve mas, si cabe, mi destrozado estómago.

Mis pasos me dirigen de nuevo hacia la cama y el descanso, que se ve interrumpido de nuevo cuando me repiten por enésima vez lo mismo... cuando salgas cierra la puerta con cuatro vueltas.... ¿cuantos años se creen que tengo?

1 comentarios:

Simone Solitaire dijo...

Una pregunta de la que desgraciadamente me huelo la respuesta: el texto este... se trata del resumen de un mal día?
Pese a todo el segundo párrafo me ha hecho gracia. Eso no es un instituto, es la guerra!! xDDD

Pase lo que pase, no te olvides de sonreir, Lara

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