miércoles, 30 de septiembre de 2009

una jaula de oro

Las lágrimas se derramaban, pero no podía hacer nada para evitarlo, lo odiaba todo y, en la cima de su odio se encontraba ella misma ¿como sonreír cuando lo que más odias eres tú mismo? ¿Cómo seguir hacia delante? Lo que al principio le parecía la libertad ahora es una jaula con barrotes de oro, muy bonita, si, pero la consume igual que lo hizo antaño, otra jaula, otra época, otro universo... Es joven, tal vez demasiado, quizá ese sea su mayor problema, tal vez por eso ahora desee el descanso que vendrá después, habrá cumplido su misión. Tiene ganas de dejar de buscar, tiene ganas de correr a su lado. La apena no ver la evolución, no ver el final, pero sabe que eso será imposible en la perecedera carcasa humana con la que se protege. Y sus últimas palabras quedaran en el olvido como lo hicieron antes las miles de voces que el tiempo dejo atrás.

1 comentarios:

Simone Solitaire dijo...

Que filosofico y esoterico te ha quedado esto...
en fin, ya me explicaras que quiere decir

(sigo sin tildes ni e;es, hoy he descubierto que el proveedor de este coso es americano, ains)

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