domingo, 22 de noviembre de 2009

Tan solo una ventana

He creído esa mentira, me he obligado a hacerlo. Quiero sonreír pero es más fácil llorar ¿Dónde está mi sitio? ¿Lo sabes tú? Tan solo tengo una ventana y muchos recuerdos. Recuerdo que sabía cómo se sonreía, que no era capaz de imaginarme el sabor de las lágrimas, que no me ocultaba, que no construía murallas a mí alrededor, sentía los rayos de sol sobre mi piel, pero todo eso acabó, como hace siempre. Abrazo mis rodillas mientras pienso. Miro hacia afuera, todo está oscuro pero iluminado por esas diez farolas. Puedo ver un banco y quiero salir allí, a pesar del frio, a pesar de la tierra mojada, quiero tumbarme sobre ella y observar las estrellas. Quiero secarme los ojos y olvidar su gusto salado, quiero no tomar decisiones, quiero volver a reír. Suspiro una vez más, deshago mi abrazo y me levanto, tal vez sea el momento de decir adiós.

1 comentarios:

Oli dijo...

No todas las lagrimas son amargas
las murallas estan hechas para saltarlas...
Siempre tenemos que tomar decisiones, no nos queda otra, sin ellas no se avanza

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