lunes, 29 de junio de 2009

sola

Noto como su respiración poco a poco se va convirtiendo en una cosa demasiado liviana, lo mismo pasa con su pulso. Intento hacerle un masaje cardiaco, pero ya nada funciona, ha dejado de vivir, dejándome llorando, sin poder decirle lo que sentía.

Mis manos todavía están sobre su pecho intentando revivir un cuerpo muerto, las lágrimas ya caen por mis mejillas recordando todos los momentos que podríamos haber vivido y que por mi estupidez no vivimos. Quiero morir, estar a su lado, tener una nueva oportunidad y en el último momento abre los ojos, me sonríe y se va.

El dolor me desgarra, y como ya había pasado anteriormente, noto como mi alma se divide, quiero ir junto a él pero me doy cuenta de que se enfadaría conmigo, lo conozco.

Abrazo su cuerpo todavía caliente hasta que vengan los servicios médicos a decirme lo que yo ya sé, no hay nada que hacer, me ha dejado sola. Escucho la sirena pero no puedo ver la ambulancia, tan solo veo la oscuridad que me rodea. Me preguntan si yo también estoy herida y les respondo que no. Me apartan de su cuerpo, de su callado corazón y sé que nunca más abrazare ese cuerpo, nunca mas volveré a bailar al ritmo de su corazón.

martes, 23 de junio de 2009

"Cuidado, es peligroso"

Aquella mañana me había levantado tarde como había pasado todos los días de esa semana, no por nada hoy es viernes y es el día que más tarde voy a llegar, a soportar la mala cara de mi jefe.

En el limpiaparabrisas de mi coche había algo que odio, los papelitos de propaganda. Lo tire sin mirarlo sobre el asiento del copiloto, no sería más que una agencia matrimonial que necesitaba reclutar personas o un nuevo restaurante dándose a conocer. La carretera no podía estar más concurrida con lo que llegue todavía más tarde de lo esperado y mi jefe ya me esperaba en su despacho con la puerta abierta a la espera de que llegase para decirme lo ya habitual : “no te pago para que llegues tarde”… que bien me cae ese hombre.

Cuando por fin llego la hora de la comida, todas nos fuimos a comer a un bar cercano y el tema de conversación giro en torno a la apertura de un nuevo restaurante francés, y como no, se habían enterado por la maldita propaganda que nunca miro.

El día terminó al fin, estaría varios días sin verle la cara al pesado de mi superior, ¡dos días! Parecía increíble después de una semana soportándolo.

Ya en el coche, cogí la autovía y pensaba que en menos de un cuarto de hora estaría en casa pero no, había una caravana gigantesca… el día parecía no llegar a su fin. Todavía no había oscurecido del todo y como me aburría me dedique a mirar mi móvil… seis llamadas de mis amigas, si, llegaría tarde. En la radio sonaban las mismas canciones y no tenía ningún CD interesante así que, solo me quedaba mirar el papel que estaba boca abajo sobre el asiento que estaba a mi lado. Tenía colores llamativos, verde fosforito como fondo y letras negras, y como título “cuidado, es peligroso”, ese título me sorprendió ya que debajo estaba la foto de un corazón y debajo un subtitulo, “¿Cómo reconocer a un fichas?”. Las preguntas que allí se hacían eran acertadas lo mismo que la descripción que venía al final. Después venia otro subtitulo “el manual del perfecto fichas” (eso consiguió hacerme reír sin que pudiese parar). Punto 1, punto 2, punto 3…. Estaba de acuerdo con todos, este papelito estaba resultando muy divertido, tal vez mirase más a menudo la propaganda si ahora era así de amena.

Al final del papel y en letra más pequeña que lo anterior había un pequeño consejo: “intentaran hacerte creer que eres la única entre miles, la única estrella que brilla en el firmamento, pero solo quieren conseguir que te fijes en ellos y después no recordaran ni tu nombre, así que no seas idiota y pasa de los fichas, si eres chico porque son una dura competencia y si eres chica porque no deberías dejarte embaucar por el primero que te llama guapa”

Por fin pude llegar a casa pero en mi mente seguían sonando las últimas palabras del papel, y me di cuenta de que eran verdad y pensándolo bien, no era la primera vez que me pasaba ¡que feliz habría sido yo si ese papel hubiese aparecido unos años antes en mi vida!

Adiós

Y allí me encontraba, junto al punto que separaba mi mundo del suyo. Cogí mi espada y avance con paso decidido. Temía lo que me podía esperar al otro lado pero no tenia elección, el mundo humano no estaba preparado para un demonio. No cambie mi forma humana, prefería seguir escondiéndome en esa carcasa vacía para que nunca conociese mi verdadera forma, la forma de un monstruo. La puerta poco a poco iba abriéndose, podía notar sus manos en mi cintura, como ninguno de los dos no queríamos pronunciar el adiós que nos separaría para siempre pero sabíamos que pronto llegaría ese momento. Separe sus manos de mi cintura y avance poco a poco hacia mi destino, a cada paso las lagrimas inundaban mis ojos pero no quería que lo notase. Estaba frente a la puerta cuando note el impulso de decirle adiós, de decirle lo que sentía pero sabía que le haría daño con ello así que me trague mis lágrimas y avance hacia un futuro incierto sin mirar atrás.

viernes, 19 de junio de 2009

volver atras

¿Cuando volverán aquellos tiempos en los que todo se solucionaba con un caramelo? ¿En los que cada caída significaba volver a levantarse con la certeza de que la diversión continuaría y no te hundirías aun más? la respuesta es simple y clara... NUNCA. cada año, cada mes, cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo... nos cargamos de mas responsabilidades, los problemas se convierten en cosas gigantescas, en la mayoría de los casos sin una base solida, tan solo comentarios escuchados de casualidad, pero en eso consiste la vida, en encontrar ese pequeño rayo de luz que nos ilumina, que nos guía, que nos otorga una felicidad efímera, pero perderlo, significa caer en un agujero insondable del que difícilmente podremos escapar, seremos desgraciados, pero después de todo, cometemos errores, somos humanos... pero aunque quieras seguir pensando que puedes solucionar los problemas con caramelos y lagrimas, tras la segunda caída te das cuenta de que los felices y despreocupados años de la infancia pronto quedaron atrás, ahora debemos enfrentarnos al salvaje mundo humano

escapar del destino

Miraba hacia la lejanía, sabia cual iba a ser su destino pero no tenía miedo. Calmaba su conciencia diciendo que era por obligación, pero sabía que tenía otra opción, mas no deseaba el rechazo de su tribu. Estaba lloviendo, era un día oscuro. Su largo pelo negro estaba empapado y sus rizos habían perdido forma. Las pinturas de su tribu se habían mezclado unas con otras hasta no ser más que colores sin forma sobre sus brazos, piernas y cara. Su ropa de pieles se había pegado a su cuerpo restándole movilidad. Caminaba despacio, recordando que tan solo debía poner un pie delante de otro, balancear el cuerpo hacia delante al compas que marcaban sus pies y no pensar, sobre todo debía no pensar pero se hacía imposible y pronto las lagrimas se confundieron con el agua de lluvia. Esperaba verlo llegar, tranquilo, no se esperaría nada. Estaba escondido entre su ropa, lo suficientemente a mano como para usarlo en el momento oportuno. Todo su ser temblaba, tenía miedo de lo que iba a hacer. Dejo de andar, no podía continuar dando vueltas, mirando hacia un paisaje que conocía como la palma de su mano sin apenas verlo, solo podía ver su rostro sonriente, sus promesas de futuro… todo truncado por el odio. Poco a poco dejo de intentar caminar, de intentar no pensar ya que sabía que era inútil. Se sentó en el suelo, apretando las rodillas contra su pecho, abrazándose a sí misma. No quería hacerlo, no quería terminar de aquella manera pero no podía evitarlo.

Un lobo se acerco entre la espesura. Su frio hocico la hizo recordar que todavía estaba viva, aunque eso no hizo más que hundirla ya que, seguiría viva una vez hubiese cumplido con su deber, una vez lo viese caer a sus pies.

Lo vio aparecer. Estaba como siempre, una sonrisa afloro en sus labios pero pronto perdió consistencia hasta caer en el olvido. No estaba más que a unos pasos cuando ella consiguió levantarse del suelo e ir hacia él. No quería hacerlo pero al llegar a su altura no pudo evitar echarse a sus brazos y cobrarse el abrazo que tanto necesitaba. Lloro como una niña pequeña sobre su hombro. El no dijo nada, simplemente le devolvió el abrazo intentando insuflarle algo de su alegría. Se acerco hasta su oído, temiendo decirle las últimas palabras, palabras que el ya conocía de antemano. Notó como sacaba la daga y la preparaba para hundirla en su cuerpo, noto las lagrimas recorriendo su cuello y la miro a la cara. Pudo ver el dolor en sus facciones, sus sentimientos hacia él, como no tenía escapatoria. El mismo cogió la daga de entre sus temblorosas y frías manos y dándole un último beso la libero del dolor de su asesinato.

Un lobo aulló en la lejanía, y a la vez que su cuerpo se derrumbaba en la soledad de su lamento ella rompió a llorar para no poder volver a parar, llorando por no ser valiente, por no poder seguirlo.

Ella

Podría decir que al fin se acabo todo, pero no es lo que en realidad pienso. Puede que fuese un desastre de curso y de notas, pero aun así me siento orgullosa de haberlo conseguido un año más. Empezó mal, tuvo un pequeño repunte, cayó en picado hasta hundirme, pero después volvió a salir el sol entre las espesas nubes, por eso y por mucho más me siento satisfecha, por haber sabido buscar la felicidad. Estoy triste y tengo ganas de llorar es ahora una de mis frases celebres, pero solo los que en realidad me conocen, saben que no lo digo por decir algo, por hacer bulto en la conversación, simplemente necesito un abrazo y un tazón de chocolate, que alguien me susurre al oído “todo ha sido una pesadilla” y que deje de sonar la canción triste que en ese momento suene. Debería dedicar muchas cosas a muchas personas, pero solo una se lo merece en realidad, por estar siempre ahí, por sus abrazos psicológicos, por todo lo que tuvo que soportar, porque es mi hermana gemela, por todo lo que ya ha pasado, por todo lo que está por pasar, muchas gracias por estar siempre ahí.

Esta completamente loca, aunque lo niegue es una de las personas más guapas que conozco y es de las que mejor hablan el idioma niño-pequeño. Aunque nadie tenía esperanzas en ella, supo dejarnos a todos mal y desde un cero llegar a un diez. Nos conquisto a todos con sus palabras amables, por sus sonrisas y por saber preocuparse de todos nosotros. Fue una gran psicóloga, un hombro sobre el que llorar, un diario sobre el que escribir y una gran compañera de risas. Todavía no hace más que unas horas que le he dicho adiós y ya me estoy dando cuenta de que la voy a echar mucho de menos, nos quedan los sábados me dice, pero poco a poco se creara un océano entre nuestras personas y pronto dejaremos de ser lo que ahora somos. Tengo la certeza de que esto no es el final sino el principio, la base de una gran amistad.

Ya ha pasado un curso entero. Hoy termina lo que ayer empezó.

sábado, 6 de junio de 2009

corre pequeña sombra, el sol se alza en el firmamento

Todo estaba oscuro, la luz del sol no iluminaba mis pasos por aquella ciudad siempre en penumbra, tenía miedo, pero sabía que el más mínimo error sería fatal.

Podía notar su cálido aliento sobre mi nuca, podía notar como deseaban probar mi sangre, pero debía continuar, ya solo faltaban unos metros para salvarme o para morir.

Continúe corriendo. La espada de plata me pegaba pequeños golpes contra mis piernas, recordándome que si algo salía mal, ella era mi última esperanza de no convertirme en uno de aquellos engendros, de volver a ver la luz del sol sin morir.

Esperaba que las viejas leyendas que contaban sobre aquellos monstruos tuviesen más de realidad que de ficción, sino podría convertirme en el almuerzo de aquellas bestias.

Mi capa ondeaba tras de mí, roja como la sangre, atrayéndolos quizá más hacia mi, pero la vida no tiene emoción si no hay riesgo, por eso, probablemente me ofrecí como voluntaria para aquel desagradable trabajo. Solo tenía una cosa clara, si todo salía bien, me pensaba tomar unas largas vacaciones al sol.

Ya podía ver la verja por la que había entrado, mis compañeros estaban atentos a la más mínima señal para sacarme de allí si algo iba mal, pero todos sabíamos que si algo iba mal, no habría una segunda oportunidad para mí.

La verja estaba abierta, ellos no la podían cruzar debido a la maldición que los había convertido en aquellas vestías salvajes. Me plante delante de la puerta dispuesta a acabar con tantos de ellos como me fuera posible... note como Lyan se ponía a mi lado dispuesto a morir en aquella misión.

Cada vez estaban más cerca, solo unos pasos, las espadas estaban preparadas para acabar con aquellas miserables vidas.

Tres pasos los separaban de nosotros

dos pasos...

-Hytmia, te quiero

Quizá fué eso lo que hizo que girase mi cara en el momento menos oportuno, pero gracias a sus reflejos mi vida humana continua durante unos segundos más.

Estamos luchando contra los primeros, pero de cada oscura calle llegan cada vez más y más...

siempre juntos

Cuando desperté, un sudor frío recorría mi espalda… otra vez aquella pesadilla, mi historia de terror.

Una noche lluviosa, un espectro oscuro, el accidente… su muerte. De eso hace ya casi un año, mañana lo hará, y el dolor todavía no ha desaparecido.

Intento volver a dormir pero, como siempre, el sueño no acude a mi llamada.

Aquel rostro perfecto, su mirada cristalina, todo perdido, separados por su muerte. Mi mente todavía poduede recordarlo, pero no durará mucho el recuerdo de su voz, sus brazos rodeando mi cintura, sus susurros a mi oído diciéndome que me quería, todo ha terminado.

El instituto, antes luminoso y con vida, es ahora un lugar muerto y oscuro, donde nadie es quien aparentaba ser. Todos decían ser amigos de todos, pero en realidad, nadie tiene verdaderos amigos.

El día pasó como si nada. Miraba el reloj a cada minuto, temiendo que el tiempo pasase, esperando no tener que volver a aquel lugar de pesadilla, donde tendría que enfrentarme, de nuevo, al dolor de su pérdida.

El día llegó, tan solo unas horas para el momento de reencontrarme con mis recuerdos, recuerdos que nunca me abandonarían.

Llegué andando, tarde como siempre, odie los coches desde ese día.

Ya estaban todos allí, sus padres, sus amigos… todos me miraron cuando me acerque. Desde aquel siete de febrero, era una muerta en vida, mi corazón seguía latiendo, pero frío y sin vida.

Cuando iba a irme algo llamo mi atención. Había comenzado a nevar. Entre la blanca nieve había un colgante del cual pendía la chapa que le había regalado en sus últimas navidades

La recogí de entre la nieve, una muestra del mal gusto de alguno de sus amigos. Estaba fría, lo mismo que estaría lo que quedase de su cuerpo.

Al darle la vuelta lo presenti, algo habia cambiado. Una inscripcion habia aparecido en un lugar en el que antes no habia nada.

"siempre juntos... vive por los dos"

Una lágrima recorrió mi mejilla, él siempre estaría a mi lado aunque no pudiese verlo.

Volví a la vida, haría lo que él me pidiese, viviría por los dos.

[…] pronto moriría, la enfermedad mortal que llevaba acosándome durante mis últimos diez años de vida estaba ganando la partida. El colgante todavía estaba sobre mi corazón. Allí llevaba sesenta y tres años.

Noté como la vida se escapaba entre mis manos, cada vez era más difícil respirar, el cansancio podía conmigo… solo un susurro salió de mi boca:

– Siempre juntos.

Mis últimas palabras en el mundo de los vivos se las dedicaba a él, ahora tan solo un débil recuerdo.

Cuando me desperté, volvía a tener de 17 años, ya no estaba sola, nunca más volvería a estarlo.

Había estado todo este tiempo junto a mí, y como decía su último mensaje, volveríamos a estar juntos, pero esta vez la muerte ya no podría separarnos…[…]

jueves, 4 de junio de 2009

maldicion y confinamiento

mi ropa esta echa jirones a mi alrededor. La lucha por conseguir aquel ultimo titulo mágico había mermado mis fuerzas hasta dejarme reducida a un ovillo tirado en el suelo por el cual nadie se iba a preocupar. Había pasado la ultima prueba de milagro. Había lanzado todos los hechizos posibles para reducir aquel indómito ser de fuego, pero por mas que lo intentaba no conseguía alcanzarlo. Fue en el ultimo momento, a la vez que caía de rodillas al suelo, cuando conseguí lanzarle mi ultimo recurso.

Estoy observando el techo de la sala del examen. Puedo ver las marcas de quemaduras que en el hay, no me preocupo, solo se que ahora estoy mas sola todavía que antes, no tengo miedo, he conseguido alcanzar mi meta, ser una verdadera hechicera. No intento levantarme, ya me vendrán a buscar cuando lo crean necesario. Noto una corriente de aire mas no puedo volverme para buscar el lugar del que proviene, prefiero contentarme con ese aire frío que calma mis músculos.

De repente, en la lejanía, escucho los pasos de un animal no demasiado grande. Algo, supongo que el animal en cuestión, abre la puerta de la estancia con su hocico. Solo cuando su rosada lengua acaricia mi cara me doy cuenta de quien es. Kira es ahora su nombre, pero no fue siempre así. Una maldición la convirtió en lo que ahora es, un can de negro pelaje y muy juguetón aficionado a dar lametones en la cara a cualquiera que este lo suficientemente despistado como para interponerse en su camino, pero aun así, todavía se puede apreciar en el brillo de sus oscuros ojos la inteligencia humana que nunca perdió.

lluvia y viento

Estoy tumbada sobre mi cama. Veo pasar las horas como si de siglos se tratasen. Necesito dormir pero se hace imposible... hace demasiado calor.
De repente, me encuentro entre gente desconcida, pero al fijarme bien, no puedo apreciar sus rostros, son solo marionetas controladas por un ser invisible. Una se cae a mi lado y los hilos que la sujetaban comienzan a sujetarme a mi pero, al intentar gritar me doy cuenta de que no puedo, ningun sonido sale de mi garganta. Intento correr pero las cuerdas me sujetan impidiendo que me mueva.
Mi corazon se acelera, el miedo recorre mis venas, mi corazon no aguantara mucho tiempo mas ese ritmo frenetico. Es entonces cuando lo veo entre la multitud. Él me ve pero aparta su cara, tengo miedo, intento gritar su nombre pero, al igual que antes, se hace imposible. Noto su mano fria en una de mis muñecas, noto sus frios labios apretados contra mi mejilla. Sus manos rozan las cuerdas que me aprisionan y estas caen al suelo muertas, vuelven a ser objetos inanimados pero, otras nuevas vienen en mi busca, en busca de mi vivo corazon.
Todavia puedo notar sus dedos frios alrededor de mi muñeca, como tira de mi, como intenta salvarme. Las lagrimas comienzan a correr por mi cara, esta salvandome cuando yo no movi un solo dedo por él, por que su corazon siguese latiendo, y ahi esta, intentando salvarme aunque yo no quiera hacerlo. Los hilos de este mundo de pesadilla se ciernen sobre nosotros, pero el se acerca a mi, seca mis lagrimas y me obliga a luchar, a luchar por los dos... Las cuerdas casi nos han alcanzado, veo como el cae, como no podremos alcanzar la meta.....

Es en ese momento cuando suena el despertador y me doy cuenta de que todo ha sido un mal sueño.