sábado, 6 de junio de 2009

siempre juntos

Cuando desperté, un sudor frío recorría mi espalda… otra vez aquella pesadilla, mi historia de terror.

Una noche lluviosa, un espectro oscuro, el accidente… su muerte. De eso hace ya casi un año, mañana lo hará, y el dolor todavía no ha desaparecido.

Intento volver a dormir pero, como siempre, el sueño no acude a mi llamada.

Aquel rostro perfecto, su mirada cristalina, todo perdido, separados por su muerte. Mi mente todavía poduede recordarlo, pero no durará mucho el recuerdo de su voz, sus brazos rodeando mi cintura, sus susurros a mi oído diciéndome que me quería, todo ha terminado.

El instituto, antes luminoso y con vida, es ahora un lugar muerto y oscuro, donde nadie es quien aparentaba ser. Todos decían ser amigos de todos, pero en realidad, nadie tiene verdaderos amigos.

El día pasó como si nada. Miraba el reloj a cada minuto, temiendo que el tiempo pasase, esperando no tener que volver a aquel lugar de pesadilla, donde tendría que enfrentarme, de nuevo, al dolor de su pérdida.

El día llegó, tan solo unas horas para el momento de reencontrarme con mis recuerdos, recuerdos que nunca me abandonarían.

Llegué andando, tarde como siempre, odie los coches desde ese día.

Ya estaban todos allí, sus padres, sus amigos… todos me miraron cuando me acerque. Desde aquel siete de febrero, era una muerta en vida, mi corazón seguía latiendo, pero frío y sin vida.

Cuando iba a irme algo llamo mi atención. Había comenzado a nevar. Entre la blanca nieve había un colgante del cual pendía la chapa que le había regalado en sus últimas navidades

La recogí de entre la nieve, una muestra del mal gusto de alguno de sus amigos. Estaba fría, lo mismo que estaría lo que quedase de su cuerpo.

Al darle la vuelta lo presenti, algo habia cambiado. Una inscripcion habia aparecido en un lugar en el que antes no habia nada.

"siempre juntos... vive por los dos"

Una lágrima recorrió mi mejilla, él siempre estaría a mi lado aunque no pudiese verlo.

Volví a la vida, haría lo que él me pidiese, viviría por los dos.

[…] pronto moriría, la enfermedad mortal que llevaba acosándome durante mis últimos diez años de vida estaba ganando la partida. El colgante todavía estaba sobre mi corazón. Allí llevaba sesenta y tres años.

Noté como la vida se escapaba entre mis manos, cada vez era más difícil respirar, el cansancio podía conmigo… solo un susurro salió de mi boca:

– Siempre juntos.

Mis últimas palabras en el mundo de los vivos se las dedicaba a él, ahora tan solo un débil recuerdo.

Cuando me desperté, volvía a tener de 17 años, ya no estaba sola, nunca más volvería a estarlo.

Había estado todo este tiempo junto a mí, y como decía su último mensaje, volveríamos a estar juntos, pero esta vez la muerte ya no podría separarnos…[…]

1 comentarios:

Simone Solitaire dijo...

Qué bonito... aunque me desconcierta el final. Yo hubiera cortado en el párrafo 15, lo de "[...] pronto morirá" no sé, yo creo que ya es pasarse xD. Por qué haces tantos párrafos de una sola línea?

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